Jóvenes Líderes Blog
Cristobal Lea Plaza
Miembro de
JÓVENES LÍDERES
Columna de la Semana
"Socialistas y Liberales "
Creo tener distintas visiones sobre los postulados que tienen socialistas y liberales frente a la economía, pero antes quisiera partir acotando un par de ideas sobre la base fundamental de la cual se aferran los socialistas; me refiero a la economía planificada
La economía planificada, que es uno de los principales instrumentos de las reformas socialistas, tiene por objetivo reemplazar al empresariado por un organismo central de planificación, el cual regule las leyes y tenga el control completo de los haberes del estado y lo que los verdaderos planificadores demandan es la dirección centralizada de toda la actividad económica según un plan único que determine la dirección explicita de los recursos de la sociedad para servir a particulares fines por una vía determinada.
La discusión fundamental entre socialistas y liberales se basan en que los liberales creen que el portador del poder coercitivo se limite en general a crear las condiciones bajo las cuales el conocimiento y la iniciativa de los individuos encuentren el mejor camino para que ELLOS puedan componer de la manera mas afortunada sus planes. A diferencia de los socialistas, quienes sostienen que la utilización racional de nuestros recursos requiere de la dirección y organización centralizada de todas nuestras actividades, de acuerdo con un modelo único construido expresamente (1). Suena algo contradictorio tomando en cuenta que entre las bases del socialismos se encuentra la libertad y la justicia, dos términos que no se reflejan en su economía. Ahora, referente a esta ultima, esta comprobado su fracaso a nivel mundial, basta con ver a la ex URSS, o a nivel local basta con remontarnos 36 años atrás para ver lo que fue el gobierno de la Unidad Popular, sistemas que terminaron con la caída del Muro de Berlín y con un pronunciamiento militar, respectivamente.
Pero no me interesa referirme solo a las desventajas de la economía planificada o a la discusión entre los sistemas, sino que quiero referirme, al sistema económico que da plena libertad a sus individuos; la economía de mercado. Anteriormente se pensaba que en una transacción lo que gana una persona, es la perdida de otra y por lo tanto daba un proceso de suma cero. Estas ganancias se veían como un sistema de explotación y por ende, el gobierno debía regular la mayor parte de las actividades (gran error). Adam Smith acuñó la expresión “la mano invisible” para indicar que mientras los individuos y las empresas estén interesadas exclusivamente en su propio interés, están incentivadas a través del ámbito de la competencia a promover el interés publico. Es así como la población se da cuenta que donde los productos se compran y se venden, la competencia empuja los precios hacia abajo al nivel de los costos de producción. Así de fácil, así de armónico. Ahora, la competencia también beneficia a las personas en áreas tales como la educación, la caridad, la religión, la cultura y las políticas publicas que implementan los gobiernos. La competencia resulta esencial en todos los aspectos de la vida independiente de la motivaciones y organizaciones de los productores ya se trate de transacciones donde esta involucrada la moneda o en aquellas donde no aparezcan cotizaciones en términos monetarios. Son estas razones las que me hacen pensar que la libre competencia es el sistema adecuado, no solo económicamente, sino que político, religioso y social. Es una ideología de vida la cual se debe adoptar.
Pero como la competencia y la economía planificada resultan pobres e ineficientes si son incompletos; son principios alternativos para la resolución del mismo problema. Finalmente me quedo con las palabras realizada por el historiador Ingles Elie Halevy quien sostiene que los socialistas creen en dos cosas que son absolutamente diferentes y hasta quizá contradictorias: libertad y organización”.
Cristóbal Lea-Plaza Lehuedé
Tus comentarios a http://joveneslideresblog.blogspot.com
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"Socialistas y Liberales "
Creo tener distintas visiones sobre los postulados que tienen socialistas y liberales frente a la economía, pero antes quisiera partir acotando un par de ideas sobre la base fundamental de la cual se aferran los socialistas; me refiero a la economía planificada
La economía planificada, que es uno de los principales instrumentos de las reformas socialistas, tiene por objetivo reemplazar al empresariado por un organismo central de planificación, el cual regule las leyes y tenga el control completo de los haberes del estado y lo que los verdaderos planificadores demandan es la dirección centralizada de toda la actividad económica según un plan único que determine la dirección explicita de los recursos de la sociedad para servir a particulares fines por una vía determinada.
La discusión fundamental entre socialistas y liberales se basan en que los liberales creen que el portador del poder coercitivo se limite en general a crear las condiciones bajo las cuales el conocimiento y la iniciativa de los individuos encuentren el mejor camino para que ELLOS puedan componer de la manera mas afortunada sus planes. A diferencia de los socialistas, quienes sostienen que la utilización racional de nuestros recursos requiere de la dirección y organización centralizada de todas nuestras actividades, de acuerdo con un modelo único construido expresamente (1). Suena algo contradictorio tomando en cuenta que entre las bases del socialismos se encuentra la libertad y la justicia, dos términos que no se reflejan en su economía. Ahora, referente a esta ultima, esta comprobado su fracaso a nivel mundial, basta con ver a la ex URSS, o a nivel local basta con remontarnos 36 años atrás para ver lo que fue el gobierno de la Unidad Popular, sistemas que terminaron con la caída del Muro de Berlín y con un pronunciamiento militar, respectivamente.
Pero no me interesa referirme solo a las desventajas de la economía planificada o a la discusión entre los sistemas, sino que quiero referirme, al sistema económico que da plena libertad a sus individuos; la economía de mercado. Anteriormente se pensaba que en una transacción lo que gana una persona, es la perdida de otra y por lo tanto daba un proceso de suma cero. Estas ganancias se veían como un sistema de explotación y por ende, el gobierno debía regular la mayor parte de las actividades (gran error). Adam Smith acuñó la expresión “la mano invisible” para indicar que mientras los individuos y las empresas estén interesadas exclusivamente en su propio interés, están incentivadas a través del ámbito de la competencia a promover el interés publico. Es así como la población se da cuenta que donde los productos se compran y se venden, la competencia empuja los precios hacia abajo al nivel de los costos de producción. Así de fácil, así de armónico. Ahora, la competencia también beneficia a las personas en áreas tales como la educación, la caridad, la religión, la cultura y las políticas publicas que implementan los gobiernos. La competencia resulta esencial en todos los aspectos de la vida independiente de la motivaciones y organizaciones de los productores ya se trate de transacciones donde esta involucrada la moneda o en aquellas donde no aparezcan cotizaciones en términos monetarios. Son estas razones las que me hacen pensar que la libre competencia es el sistema adecuado, no solo económicamente, sino que político, religioso y social. Es una ideología de vida la cual se debe adoptar.
Pero como la competencia y la economía planificada resultan pobres e ineficientes si son incompletos; son principios alternativos para la resolución del mismo problema. Finalmente me quedo con las palabras realizada por el historiador Ingles Elie Halevy quien sostiene que los socialistas creen en dos cosas que son absolutamente diferentes y hasta quizá contradictorias: libertad y organización”.
Cristóbal Lea-Plaza Lehuedé
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