domingo, octubre 22, 2006

Jóvenes Líderes Blog
Bernardita Arellano
Miembro de
JÓVENES LÍDERES

Columna de la Semana

"Centros de Formación Técnica: La otra alternativa
para mejorar la educación"

En Chile existe una relación de 11 profesionales universitarios por un técnico, a diferencia de países desarrollados donde la razón es de uno es a cinco. Esto nos lleva a pensar que existen importantes posibilidades laborales para los estudiantes de carreras técnicas, lo que las hace más atractivas aún. Teniendo en cuenta además que son las mismas empresas las que reclaman acerca de la dificultad que existe para obtener personal técnico debidamente calificado.

Sin embargo el interés por este tipo de estudios ha ido disminuyendo. Los centros de formación técnica, (CFT), son uno de los segmentos de la educación superior donde más ha caído la demanda. Los 65.000 estudiantes que ingresaron el año pasado son un 25% menos que lo que había a mediados de los ‘90.


Quizás una de las principales razones por las cuales los jóvenes no acceden a la educación técnica es porque, al tomar la decisión sobre qué estudiar, no tienen la información suficiente y tal vez porque suponen que no podrán optar a altos cargos ni a sueldos importantes. En los colegios no se les habla sobre estas disciplinas y menos, se les da la posibilidad de conocer los CFT, como si estos no existiesen. Finalmente los estudiantes deben averiguarlo todo por sus propios medios.
La otra razón de esta falta de interés de los jóvenes para con las carreras técnicas es que existe un prejuicio social hacia estas y una valoración importante sobre las llamadas “carreras tradicionales” como derecho, ingeniería comercial o periodismo, lo que hace que las prefieran. El problema es que finalmente hay personas que terminan estudiando carreras que no les gustan, para las que no tienen aptitudes y en las que a largo plazo, quizás ni siquiera serán tan productivos.

Hay que tener en cuenta además que el Gobierno tampoco ha hecho más fácil el acceso de los jóvenes a los CFT. Por el contrario, estas instituciones no están acreditadas, lo que implica que sus alumnos no tienen derecho a postular a un crédito con aval del Estado para financiar sus estudios.

Si los estudiantes ingresaran a carreras técnicas se solucionarían principalmente dos problemas. El primero es que la alta demanda por entrar a carreras universitarias y sus altos costos, deja a un gran número de ellos fuera del sistema. Al potenciar los CFT, aumentaría la competencia. De este modo las universidades tendrían que mejorar la calidad, entregar más especialización, etc… Al mismo tiempo, las carreras técnicas tendrían que perfeccionarse ya que estarían compitiendo con las carreras universitarias. Con esto sin duda ganarían los jóvenes ya que al haber más competencia, la calidad que se les ofrecería sería mejor.

El otro problema que se solucionaría es que, al contar con gente más especializada, las empresas se verían más beneficiadas. Empresas multinacionales han señalado que una de las debilidades de Chile es la carencia de especialización y que, donde más se manifiesta, es en el rubro de los técnicos vinculados a la tecnología, como los que se ocupan del desarrollo de software.

Además, actualmente la formación de profesionales y técnicos, tanto en calidad como en cantidad, no responde a los requerimientos del sector productivo. Según el último estudio de Laborum.com, el 26% de la demanda laboral son técnicos. Los más solicitados son los contadores auditores, seguidos por los ejecutivos de ventas, los administradores de empresas, técnicos mecánicos y analistas programadores, entre otros.

Es preciso que los jóvenes sepan en qué consisten las carreras técnicas y se atrevan a optar por ellas ya que es necesario que haya un complemento entre los técnicos y los profesionales. Es necesario potenciar el ingreso de estudiantes a carreras técnicas de nivel superior que, al durar menos y estar directamente vinculadas con la parte práctica del trabajo, pueden significar una respuesta efectiva para contribuir con la movilidad social e incrementar la productividad de la fuerza de trabajo del país. Pero esto sólo va a ser posible en la medida que la sociedad aprenda a valorar ese oficio y también que los CFT cuenten con el apoyo suficiente para dar educación de calidad.



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